sopastrike

31 may 2009

"Cuando anochece se estremecen los pinos y no es de frío" (Benedetti)

Ya nada es como antes.
O quizá hay demasiadas cosas que aún se le parecen demasiado...

Acabo de salir de 16 horas de sueño, una cifra atroz que jamás me hubiese permitido, pero tuve un sueño que recuerdo hasta el último detalle. Fue largo, detallado, sensorial, y muy fuerte emocionalmente. Por alguna razón estaba cruzando el mediterráneo de este a oeste en un barco X, en donde también había un montón de gente conocida o desconocida, y la mayor parte de los pasajeros eran niños. Lo raro es que vivíamos todos en el barco, pero cada día cada quien iba a trabajar a donde le correspondía (yo trabajaba como jefa de restauración en el Louvre...amo la improbabilidad de los sueños) y regresábamos a almorzar al medio día y luego por las noches. Bueno, el punto es que en el barco también estaba colóquese aquí nombre de personaje de la televisión francesa (yo sé, yo sé), y ambos aparentemente estábamos juntos. En el sueño debí esperar a que ocurrieran un sinnúmero de eventualidades que no tenían nada que ver con lo que me interesaba para comprender y confirmar, con cada uno de mis sentidos en la más intensa fase del sueño paradoxal, que efectivamente los dos estábamos juntos, y con toda certeza lo que yo sentía era amor por él (paréntesis, en la vida real está lejos de ser así. Pero eso no es lo que importa aquí y ahora.).

Lo que me lleva a concluír que estoy regresando a la estética que me agradaba hace años atrás, a sentimientos que logré sentir años atrás, a palabras que no hubiese imaginado pronunciar. Ahora ya nada es como antes, y lo que este sueño seguramente dejará marcado en mi memoria durante mucho tiempo es que soy demasiado cobarde ante la soledad cuando se te presenta implacable durante un tiempo significativamente largo que parece nunca terminar. Pero lo peor es que no me desespero porque termine, de cierta forma me siento a gusto así.

Cambio de tema. El viernes por la noche me alejé tanto de la realidad que por primera vez tuve miedo de no volver. Al despertar, te das cuenta de que hay gente que pasó una peor noche que tú, y que puso en juego un poco más que su sola estabilidad mental. Todo me llenó de tristeza.

"Heureusement il y a Frida, la fille du Nord des chansons de Brel..."

Nox.

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