sopastrike

13 abr 2010

Ahora, lo de dentro.

Paraísos perlados.
Secuestrada voluntariamente en un mundo nacarado al que se entra solamente si volteo los ojos hacia atrás.
¡Qué bueno que los ojos no olvidan lo que brilla!
Coros cantan.
Me traga la tierra y me llena la boca de cristales salados.
Vengo del mar, venimos del mar, y a veces se nos escapa en el sudor o en el llanto.
Abstracción de sonidos y de letras,
Palabras que no tienen hilos ni fueron bordadas por nadie.

Fuego sobre el tejado.
Lluvia en la habitación. Seguramente la misma que se detiene en tus días.
Laberintos de hojas plateadas, danzas con el viento.

Cabeza perpetuamente llena o perpetuamente vacía.
Pulmones de tabaco y dedos de papel.
Ganas de sonreír, y a veces ganas de permanecer seria.
Agito un rompecabezas en su caja y al abrirlo la mayoría de las piezas ya han encajado solas.
Nostalgia y melancolía ronrroneantes, basta acariciarlas y adormecerlas.

Y la lluvia que sigue cayendo en la habitación.

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