Volvamos unos meses en el tiempo (ocupación nocturna predilecta). A diciembre o a enero.
La membrana delgada del amor palpitante flotando sobre una sonrisa. Tú.
Sinfonía de risa y colores de infancia en alas de imaginación jamás olvidada. Tú.
Ligero aroma de ámbar danzando entre los copos tímidos del atardecer. Tú.
Contradicción vespertina, sonrisa distraída, pensamiento de piel de delfín entre mis manos. Cierra tus ojos y déjame contemplarte mientras la nieve se acurruca en tus pestañas.-
Suficiente. Sinceramente, qué fue eso? Volvamos al presente. Al segundo intergaláctico que transcurre. Qué quiero en este mismo instante? Que la luna se me meta entera por la ventana. O que se caigan las Pléyades sobre el techo del vecino de en frente. O también desearía no haber escrito este post, J. Tant pis.
Nox.
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