Más que una marcha por el respeto a las identidades sexuales y contra la homofobia en cualquiera de sus manifestaciones, yo diría que fue un desfile. Un desfile personal, en el que cada uno desnubada su amor ante los ojos de los que caminaban a su lado y de los que pasaban por la calle, con el orgullo de lo que realmente son. No tiene importancia si eres gay o no cuando vas a la gay pride. Lo que importa es que eres feliz de lo que eres. Te amas. Y amas a los demás. Nunca había estado en una atmósfera tan cargada de amor, y mi conclusión inmediata fue que el amor es inteligente. Frente a mí, varias parejas se formaron, para una noche, para varios meses o para toda una vida, no sé, pero el amor se derramó por las calles, y yo estaba sola, feliz de ver y sentir todo ese amor a mi alrededor, y lo que lo hacía aún más hermoso es que era sincero. Amor, amor, amor. Nunca lo hubiese imaginado así. Viví uno de los momentos más románticos y embriagantes de mis cortos años. Un muchacho caminaba al lado mío, y su físico y miradas particularmente bellas me llamaron la atención. Delgaducho, cabello castaño y largo, ojos verdes, rostro delgado y fino. No sé durante cuánto tiempo lo había estado mirando cuando nuestras miradas se cruzaron. Se acercó, con sus ojos clavados en los míos, y me agarró de la mano. Lo detuve y apreté mis brazos a su alrededor, y él respondió al abrazo con la fragilidad de un niño. Sus ojos brillaban cuando nos separamos y me dió un beso en la mejilla. "Je t'aime", me dijo, antes de desvanecerse en la masa que rodeaba los carros alegóricos. No conocemos nuestros nombres. No sé si es gay o no, no sé si él sabe que soy heterosexual. No tenemos nuestros números de teléfono, emails, facebook, direcciones postales. No sabemos nuestras edades ni dónde estudiamos. No sabemos si nos volveremos a ver. Pero por un par de segundos fuimos todo el uno para el otro. Lo amo. Y por primera vez estoy segura de que él también. Y si por alguna coincidencia astronómica hablas español y caes en este blog, sache que je t'aime, no lo dudes nunca.
Nox.
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