sopastrike

26 nov 2009

«Quién puede dormir con tanta golondrina muriéndose de frío?»

Sube y baja cíclico pero no constante. Al mirar atrás también tengo que ver hacia arriba y hacia abajo, sin nunca poder realmente señalar un punto y decir: esa era yo. Pero lo que sí puedo ver es el camino. Uno que también se extiende borroso y bifurcado frente a mí, arriba y abajo, al derecho o al revés, y que me llama a gritos ahogados que no puedo ignorar.

Otra cosa que no puedo ignorar es que la distancia y la muerte nacen en los mismos amaneceres por encima de las copas desnudas de los árboles...
Y llega el silencio. Estoy cambiando el idioma de mi pensamiento, el significado intrínseco de las palabras.

Nox.

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