sopastrike

19 abr 2009

Siempre, siempre, siempre.

En la noche, mientras el mar martillaba los acantilados, me puse a mirar las estrellas y me pareció absolutamente evidente. Hermoso. Estaban tan cerca que parecía que me iban a caer entre los ojos. Hasta se me metieron por la nariz. Y cómo me reí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario