Uno en los brazos del otro los amantes anulan las fuerzas del mundo, no hay peso, no hay levedad, y en el instante desprovisto de gravedad sólo queda lugar para el encuentro de sus miradas abismales, casi un llanto, que se juntan en lo absoluto, y el silencio que entre líneas deja colarse el sonido de los cuerpos que se aman.
La madrugada alberga un número igual de preguntas y de respuestas.
Si quisiera llorar las lágrimas tendrían que brotar de debajo de mis uñas.
No vaciles en tu sueño, amor. Tienes los ojos entreabiertos y por ese resquicio de ternura hemos entrado a buscar la llave del universo.
Nox.
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